viernes, 5 de agosto de 2011

¿En qué país vivimos?

Se habla mucho de la Spanish Revolution, pero he de decir que no me queda claro en qué país vivimos ni dónde estamos haciendo la revolución realmente.


Al principio se nos comparó con Túnez al tomar la Puerta del Sol, como si de la Plaza Tahrir se tratase, para reivindicar un futuro más digno y equidad en el sistema, representación política real y la efectividad del Sistema de Bienestar.


Al mismo tiempo, los que eran más soñadores y quizás menos exaltados, nos compararon con Francia en Mayo del ´68, y ese símil nos encandiló tanto que empezamos a ver la playa bajo los adoquines de la calle Alcalá, aunque con el paso del tiempo nos dimos cuenta de que el mar lo formaba el azul de las lecheras. Igualmente la analogía a la francesa no hubiera tenido resultado, pues la deserción que supuso el verano de 1968 de La Sorbona no fue comparable al ahínco que se demostró tras el 22 de mayo en la luminiscencia madrileña.


Pasaron un par de meses y nuestra capital, que se supone vacía a mediados de verano, vio cómo el éxito de la Marcha Popular Indignada y la Manifestación del 19 de Junio reunía en sus calles a la friolera de 40.000 personas. En ese momento parecía estar claro que Sol había conseguido alumbrarnos de forma que fuésemos un movimiento que brillara con luz propia, ya no había hueco a comparaciones.


Sin embargo los días siguen pasando, y a mí me vienen a la mente diferentes países a los que nos asemejamos bastante, quizás con más objetividad que cuando nos hacían coincidir con Francia o con Túnez.


La libertad de expresión se está viendo minada en las calles de Madrid, derechos básicos como la libertad de reunión, la libertad de tránsito o la libertad de información se están socavando de forma que los medios que se supone han de actuar como mediadores sociales entre los ciudadanos y los políticos, se están viendo maniatados por las fuerzas opresoras de un sistema pseudo-fascista. Antes decíamos que los medios sólo informaban de lo que les resultaba fructífero para sus intereses, pero es que ahora la policía detiene a los periodistas de esos medios, y tenemos que soportar la aquiescencia del silencio, pues quien no conoce no lucha, y quien no lucha se conforma.


¿Recuerda alguien el Tíbet en 2008? ¿Alguien es capaz de recordar la situación del periodismo Chino durante los Juegos Olímpicos de Pekín? Pues los mismos que encontraron la mejor forma de criticar el legado de Mao utilizan ahora las armas de sus herederos para defender su inmunidad de estatus, y parece que a nadie se le ocurre hablar de represión informativa chinesca.


Sin embargo es quizás más atroz la otra comparación que se me ocurre a la situación que está viviendo ahora el centro de Madrid. ¿Recuerda alguien los juicios de Nuremberg? ¿Recuerda alguien cómo se defendían los militares nazis y los brigadistas de las SS ante las acusaciones de crímenes lesa humanidad? Intentaron alegar que ellos sólo obedecían órdenes, y que en determinados oficios uno no se puede plantear la moralidad de los actos, y tal alegato escandalizó al Mundo entero.


El pasado martes fui a entrar en la Puerta del Sol, pero más de 300 efectivos policiales blindaban los accesos y permitían el paso únicamente a las personas que aparentemente no eran disconformes con el sistema o simpatizantes del #15m. Al más puro estilo portero de discoteca iban escogiendo a los transehúntes y les decían "tú sí, tú no, ¿a ver? no, tú llevas cámara de vídeo, tú no, ¿y tú qué llevas? ¡Ah, bueno, bolsas de El Corte Inglés! Tú sí, pasa". Ante tal espectáculo, y conscientes de que las rastas y las camisetas por un Sáhara Libre eran impedimento para acceder, les preguntamos que si sólo se le permitía entrar a determinado estereotipo de personas, a lo que los policías respondieron que sí. Acto seguido, y visible ya nuestra indignación (perdón, quería decir RE-indignación) les preguntamos el por qué, a lo que uno respondió muy orgulloso: "Solo cumplimos órdenes, no nos las planteamos"

2 comentarios:

  1. mola, me gusta. está bien leer reflexiones a favor del 15M que no recurran a exaltaciones simples

    ResponderEliminar
  2. es que me parece de coña. Buena analogía con Nuremberg, la verdad es que a nadie parece escandalizar el hecho de que estemos en un estado fascista, pero, eso sí, también del "bienestar", que es lo que cuenta.. que podamos ir al corte inglés a comprar trapos aunque una masa molesta de rastas lo estén impidiendo con gritos de nosequé. Esto es pa morirse

    ResponderEliminar