lunes, 25 de noviembre de 2013

Terrorismo machista

Hoy, 25 de noviembre, es el día mundial contra la violencia de género, un tema del que se habla poco y se actúa aún menos. Según el Ministerio del Interior, entre 2003 y junio de 2013 murieron 685 mujeres a causa de la violencia machista (aunque la Ministra de Sanidad prefiera llamarla "violencia en el hogar"). Teniendo en cuenta que desde junio han seguido sucediéndose asesinatos machistas, el resultado es que la violencia de género ha causado 700 muertes en una década.

Puestos a pensar en la gravedad del asunto, en la impunidad del agresor, en que en España se tramitan unas 140.000 denuncias anuales (que se dice pronto, especialmente si se tiene en cuenta que este número ha descendido por, según juristas especializados, la falta de voluntad de los jueces en aplicar la ley), merece la pena detenerse a reflexionar acerca de la importancia -o irrelevancia- informativa que la violencia machista genera para el periodismo en España, especialmente cuando el fervor vengativo y el ansia de demonizar culpables se ceba tantísimo en otras parcelas sociales.

Para evitar la etiqueta de demagogia, hay que comenzar con la definición que la Real Academia de la Lengua Española ofrece de terrorismo: "1. Dominación por el terror. 2. Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror." Así pues, es absolutamente loable afirmar que una mujer maltratada es presa de un terrorista, con la diferencia de que una bomba (por ejemplo) explota una sola vez, pero el maltrato se reitera a lo largo del tiempo y el terror se encuentra dentro de las fronteras del hogar.

Teniendo en cuenta el despliegue informativo que tuvo hace apenas un mes la sentencia del Tribunal de Estrasburgo, según la cual la Doctrina Parot atentaría contra los derechos humanos de los presos etarras, y teniendo en cuenta el revuelo mediático y la indignación que tal sentencia ocasionó en gran parte de la sociedad española, quizás habría que detenerse en las cifras:
- ETA: 829 asesinatos en 53 años.
- Violencia machista: 700 muertes en 10 años.

Los números hablan solos: ETA mató una media de 16 personas al año; los maltratadores matan unas 70 mujeres al año, es decir, la violencia machista es un tipo de terrorismo un 437% más mortal que ETA. Así pues, es hora de empezar a exigir la relevancia mediática que la violencia de género merece y de empezar a tratar a los maltratadores como lo que son: terroristas afectivos.

No hace falta fabricar bombas para infundir terror, no hace falta estar organizado para ser terrorista y no hace falta tener una ideología definida para hacer apología de la violencia. Llamemos a las cosas por su nombre y reivindiquemos el cumplimiento pleno de la jurisprudencia, ya que en el momento en que el maltratador cuenta con la benevolencia del Estado, la violencia machista se convierte, en parte, en terrorismo de Estado.

jueves, 7 de noviembre de 2013

El supuesto viraje del PSOE a la izquierda

Miguel Sebastián, quien fuera ministro de Industria socialista en la segunda legislatura de Zapatero, ha firmado un manifiesto en el que militantes y simpatizantes del PSOE muestran su "preocupación" por el movimiento hacia la izquierda que ha dado el discurso del PSOE. En el citado manifiesto, las decenas de refrendarios muestran su preocupación por este cambio de rumbo ideológico, ya que la focalización en la búsqueda del voto podría dificultar el retorno de los socialistas al Gobierno.

Antes de comenzar cualquier tipo de reflexión, conviene recordar lo que la RAE entiende por socialismo: "sistema de organización social y económico basado en la propiedad y administración colectiva o estatal de los medios de producción y en la regulación por el Estado de las actividades económicas y sociales, y la distribución de los bienes". Conviene recordar, también, que esta definición debiera estar implícita en la definición ideológica del PSOE, ya que es su propio nombre el que contiene la palabra "socialista". 

A partir de la definición, y sin obviar que el propio PSOE no ha hecho ni caso de ella (en este hay que aludir a que Felipe González fue quien propició la gran ola privatizadora de los ´90, posteriormente desarrollada por José Mª Aznar, lo cual es totalmente opuesto a "la propiedad y organización colectiva y estatal de los medios de producción"), habría que detenerse en un par de puntos claves de este manifiesto.

En primer lugar, la proclama comienza tratando el error que supone "recuperar ciertas raíces de izquierda en lo económico, una especie de vuelta a las esencias". Pues bien, es conveniente aclarar que es la esencia misma del manifiesto la que quiere volver a los orígenes socialistas, en tanto que el propósito del mismo es convencer a los dirigentes del partido de que no han de radicalizarse si quieren volver a gobernar. Esta aspiración podría resumirse en una sola palabra: oportunismo.

Oportunismo porque más allá de que un partido político debería ser un centro ideológico de debate y alternativas, se está concibiendo al partido meramente como el medio para alcanzar el poder. Oportunismo porque se evidencia la falta de consenso ideológico y se apunta, exclusivamente, a virar el discurso en función de las percepciones del electorado. Oportunismo porque un partido que no tiene un programa político definido ni en su propio seno, no debería ni plantearse como alternativa de Gobierno. Oportunismo, al fin y al cabo, como lleva haciendo a lo largo de toda su historia:
- Oportunismo fue que el Partido Socialista Obrero Español colaborase con la dictadura de Primo de Rivera (fue el único partido que se movió dentro de la legalidad del Régimen, con la evidente aquiescencia de dirigentes históricos como Andrés Saborit y Francisco Largo Caballero).
- Oportunismo fue que en el momento del Golpe de Estado que acabaría llevando a Francisco Franco al poder, el PSOE decidiera esperar al desarrollo de los acontecimientos, en lugar de incluirse en un bloque de izquierdas -el Frente Popular- para combatir a los sublevados.
- Oportunismo fue la proposición que Felipe González hizo al Rey tras la sesión de investidura fallida de Calvo Sotelo: que se proclamase al PSOE partido de Gobierno y al propio Felipe González presidente sin pasar antes por las urnas. Afortunadamente, Juan Carlos I no concibió esta alternativa tan poco democrática en una democracia que aún se estaba construyendo.
- Oportunismo fue que Felipe González ganase unas elecciones con la promesa de que los españoles eligiesen la entrada o no del Estado en la OTAN, y que una vez alcanzada la victoria, la población hubiera de conformarse con un referéndum no vinculante.
- Oportunismo fue -como ya se ha citado anteriormente-, llevar en el holograma del partido el puño socialista pero comenzar la ola privatizadora de la década de 1990.
- Oportunismo fue que José Luis Rodríguez Zapatero, que supuestamente era "el hombre del talante", solo consiguiera ponerse de acuerdo con el partido en la oposición para constitucionalizar un techo a la deuda pública, es decir, para cercenar la única vía que garantiza las prestaciones SOCIALES.

En segundo lugar, y una vez que se ha intentado definir el descarado oportunismo del manifiesto (que enraiza a la perfección con la perspectiva histórica de oportunismo socialista), habría que detenerse en una frase que resulta insultante, onerosa, procaz e insolente: "España necesita acometer una ambiciosa agenda de reformas en nuestro tejido económico y social".

Lo primero que llama la atención respecto a esta afirmación es el sujeto que la enuncia: miembros y simpatizantes de un partido que ha gobernado España durante 21 de los  últimos 35 años de historia. Es decir, que durante el 60% del periodo democrático el PSOE no ha conseguido realizar "la ambiciosa agenda de reformas en nuestro tejido económico y social". Teniendo en cuenta que el partido dejó el gobierno hace dos años, es decir, que su poder es relativamente reciente, eso de que aún exista una ambiciosa agenda de reformas demuestra, ante todo, la incompetencia que mantienen los socialistas en el Gobierno. Además, eso de hablar del tejido económico y social, sin tener en cuenta el tejido institucional (que sin lugar a dudas es la asignatura pendiente del Partido Socialista) deviene, por enésima vez, en el oportunismo.

No hay duda que uno de los mayores problemas que adolece nuestro Estado actualmente es la corrupción política: más de 800 cargos públicos y políticos imputados en 2012, encuadrados en un sistema que es incapaz de poner fin a tal escándalo. ¿Y quién es el máximo responsable de que nuestro sistema no sea capaz de cesar a los políticos corruptos? La respuesta, por su obviedad, hace que esta pregunta se convierta en retórica.

Cuando Francisco Franco ganó la Guerra Civil Española, dispuso de 40 años para convertir la Administración en una gigantesca red clientelar legitimada por las leyes del Régimen. Cuando el Generalísimo murió, Adolfo Suárez -en sus 5 años de gobierno- concentró sus esfuerzos en democratizar el Estado, hacer pacífica una Transición política en un escenario de terrorismo extremo, legalizar los derechos y libertades inherentes a los sistemas democráticos y normalizar la pluralidad política. Posteriormente, Felipe González -en sus 14 años de gobierno- concentró sus esfuerzos en dar viabilidad al proyecto autonómico, relajar las tensiones entre clases sociales, luchar contra el terrorismo de ETA, universalizar las prestaciones sociales e impulsar el mercado laboral. Sin entrar en valorar el éxito o fracaso que supusieron tales esfuerzos, cabe destacar que 14 años no fueron suficientes para modernizar la Administración según las exigencias que la actualidad requiere. Evidentemente, José Mª Aznar, presidente de un partido en el que se reunían los herederos del sistema franquista, no estaba por la labor de cambiar las Administración clientelar que había forjado su anterior generación; y Zapatero, más que modernizar las instituciones, se conformó con informatizarlas.

Así pues, llegamos al punto en el que nos encontramos actualmente. Para destacar la infructuosidad que define a las instituciones públicas españolas y la politización de la Administración pública, solo cabe mencionar (aparte de la salvaje corrupción que se desarrolla con la aquiescencia del Gobierno y del Sistema), que nuestro actual régimen político permite, por ejemplo, que el Gobierno Vasco pase de 102 asesores en la época peneuvista a casi 400 en la época socialista (Colino, 2012, p. 154); eso sí, sin que el PSOE se detenga a considerar que España necesita una "ambiciosa agenda de reformas en nuestro tejido institucional".

miércoles, 7 de agosto de 2013

Bajarnos el suelo por encima de nuestras posibilidades

Durante los últimos años se ha oído hablar mucho sobre la desintegración de la Unión Europea, o al menos sobre la escisión de alguno de sus miembros (especialmente aquellos  donde  la crisis está calando más fieramente), lo que se ha transformado en un sentimiento antieuropeísta ascendente que varios partidos están materializando. Para los defensores de la Europa Unida, la cohesión interestatal significa estabilidad; para los detractores significa precariedad, pérdida de soberanía y beneficios únicamente para los países más ricos.

Los organismos que se encargan del funcionamiento económico de  los 27 son el Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Europea  y el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuya coalición se conoce coloquialmente con el nombre de "la Troika". Esta terna se ha ganado la animadversión de una parte considerable de la población mediterránea, debido a sus exigencias de rigurosos ajustes presupuestarios que están afectando con dureza a los países del sur europeo -aun cuando la historia ha demostrado que la forma más óptima para salir de las recesiones es la inversión-. Sin embargo, el debate austeridad-gasto público no es el motivo que a este artículo compete, sino las últimas "sugerencias" que los miembros de la troika reivindican para España.

La semana pasada, el FMI recomendó al Gobierno de Mariano Rajoy una reducción de los salarios españoles del 10%, con la excusa de aumentar la competitividad y aumentar la contratación. Tras numerosas críticas respecto a la petición y, por supuesto, el silencio del Ejecutivo, ayer Bruselas avaló la propuesta respaldando al organismo que dirige Christine Lagarde. Ante tal insistencia, ha llegado el momento de plantearse algunas cuestiones:

1. ¿Cuáles son los intereses reales del Fondo Monetario Internacional? Para no remontarnos demasiado en el tiempo, voy a hacer un pequeño recorrido por los últimos tres directores de este organismo tan reputado:
- Rodrigo Rato, director gerente del FMI del 7 de junio de 2004 al 1 de noviembre de 2011. Además de militar en un partido político (fue Ministro de Economía y Vicepresidente en la época Aznar), ha coqueteado con la banca privada (siendo Consejero Asesor Internacional del Banco Santander y presidente de Bankia) y con la empresa privada (incorporándose en enero de 2013 al Consejo de Asesores de Telefónica Latam y Telefónica Europe). Actualmente está imputado por presuntos delitos de falsificación de cuentas, administración desleal y apropiación indebida, entre otros.
- Dominique Strauss-Kahn, director gerente del FMI del 1 de noviembre de 2007 al 19 de mayo de 2011. Además de militar en un partido político (se hablaba de él para presentarse a las elecciones francesas de 2012 por el Partido Socialista en lugar de François Hollande, pero la agresión sexual a una camarera de hotel en Nueva York cercenó las expectativas), ha impartido clases en importantes escuelas y universidades, como Stanford y la Universidad de París. Actualmente está imputado por presunto delito de proxenetismo.
- Christine Lagarde, directora gerente del FMI desde el 5 de julio de 2011 hasta la actualidad (entre Strauss-Kahn y ella hubo un vacío de poder debido al repentino cese de su predecesor, a causa del anteriormente citado escándalo sexual). Además de militar en un partido político (fue Ministra de Economía con Sarkozy), es una experta en derecho laboral en el marco europeo, como así lo demuestra su trayectoria en la firma de abogados Baker & McKenzie. Actualmente se ha visto involucrada en el escándalo Tapie como "testigo asistido", una figura penal a mitad de camino entre la imputación y la mera testificación. La Fiscalía acusó a Lagarde de "complicidad en falsedad de documento público y malversación de fondos públicos".

2. Christine Lagarde se subió el sueldo un 11% nada más llegar al Fondo Monetario Internacional, para así poder cobrar la jugosa suma de 380.000 euros anuales (lo que supone más de 31.000 euros al mes).

3. Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, cobra unos 30.500 euros al mes, y un vicepresidente del Ejecutivo percibe unos 27.000 (como es el caso del Vicepresidente económico, Olli Rehn). El resto de comisarios disfrutan de un salario mensual de unos 25.000 euros, aunque Bruselas se niega a dar los datos exactos tanto de salarios como de perceptores. Además, los comisarios reciben casi 100.000 euros anuales durante las tres temporadas posteriores a su abandono del cargo.

4. El sueldo de la canciller alemana, Angela Merkel, es de 16.000 euros mensuales. A principios de 2013 se produjo una ola de indignación en Alemania al salir a la luz un informe que aseveraba que más de 4.000 funcionarios de Bruselas perciben un salario superior a ella.

5. Según un estudio reciente desarrollado por los Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), el 63% de los trabajadores españoles percibe un salario bruto menor a los 1.100 euros mensuales.

Así pues, para algunos las peticiones del FMI y de Bruselas de reducir la mensualidad de los españoles en un 10% podrían resultar lógicas; sin embargo, teniendo en cuenta que ahora nos cobran por determinadas parcelas sanitarias, que la opción a becas se ha reducido drásticamente, que la precarización laboral es un hecho. que nos han subido el IVA y el IRPF, que el precio de la gasolina es insostenible y que, en definitiva, nos quieren cobrar hasta por los rayos del sol (autoabastecerse de energía solar conllevará tasas), me da la impresión de que el FMI y la Comisión Europea se están equivocando -conscientemente- a la hora de apuntar con la tijera.

miércoles, 24 de julio de 2013

Politizar la tragedia

Hace unas 18 horas de la tragedia: un Alvia dirección Madrid-Ferrol descarriló a la altura de Santiago de Compostela.
218 pasajeros.
Al menos 78 muertos.
Al menos 130 heridos.
De momento.


Si los bomberos de Veicar desconvocan una huelga indefinida para colaborar en el siniestro, es política. 

Si los médicos desempleados se acercan a los hospitales para ayudar de forma voluntaria, es política.


Si la Dirección General de Empleo sentencia que los conductores de tren percibirán determinadas primas en función de su puntualidad, que el tren siniestrado fuese con 5 minutos de retraso y el motivo del descarrilamiento fuera un exceso de velocidad, podría ser política.


Si la Moncloa no se molesta en crear una nota de prensa frente a la catástrofe, sino que hace un copia-pega del comunicado de condolencias por el terremoto de Gansu, es política.

Si el diario ABC se refiere a la tragedia de Santiago como un "atentado", es política.

Si un tren descarrila en España y "ETA" se convierte en Trending Topic de Twitter, es política.

Si TVE emite imágenes de un accidente de tren de 2003 como si fuesen imágenes de la tragedia de Santiago, es política.

Si el seguimiento de la cadena de televisión pública, así como de las cadenas privadas más importantes (Tele5, Antena3, Cuatro y LaSexta), no se produce hasta tres horas después del accidente, es política.

Si durante la última parte de la cobertura del accidente en TVE la información se centra en vanagloriar la oferta que Ana Botella ha hecho de las reservas sanguíneas madrileñas para ayudar en las transfusiones, es política.

Si Renfe, la empresa pública de ferrocarriles en España, en su página web no muestra las condolencias hacia víctimas y familiares, es política.

Si Rajoy no admite preguntas tras su rueda de prensa por el accidente, seguirá siendo política.


Hablar de política a propósito de una tragedia no significa trivializar la tragedia, ni que las condolencias sean menores, ni que esté ausente el respeto a las víctimas y familiares. Simplemente es un prisma diferente con el que observar la realidad, una forma de denunciar sus vicios y criticar sus deficiencias, pero no por ello es más inhumano. 

Buscar los porqués políticos no significa politizar la tragedia, ya que si hay respeto a las víctimas y éstas no son utilizadas con fines partidistas, buscar el porqué político significa buscar el porqué real (debido a que lo político se refiere a "orientaciones o directrices que rigen la actuación de una persona o entidad en un asunto o campo determinado", según la RAE).

Hay quien canaliza el dolor llorando, hay quien canaliza el dolor rezando, y hay quien canaliza el dolor buscando respuestas y denunciando actitudes oprobiosas. Nada es mejor ni peor, y nada es censurable. Simplemente son diferentes modos de ver las cosas.
Por cierto, decir que no hay que politizar las tragedias, también es hacer política.


lunes, 22 de julio de 2013

De Partido Popular a Partido Machista

A principios de 2012, la actual ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (ésa que gasta miles de euros en confeti y lleva de vacaciones a sus hijos con dinero corrupto) levantó un revuelo en las redes sociales porque, ante una muerte provocada por violencia machista, evitó este uso del lenguaje para aseverar que la muerte había sido provocada por "violencia en el entorno familiar". El empleo de este término denota dos características importantes:
1. Se obvia la particularidad de machismo sobre la violencia, lo que empobrece la definición al privarla de su singularidad más importante.
2. Se reduce la violencia al ámbito familiar, lo que podría inferir a la exclusión de machismo en actos violentos que no se encuadren en un estricto ámbito familiar tradicional -según es concebido por el PP-.

Tiempo después se produjo otro atentado contra la mujer: el anteproyecto de ley del aborto (aún no presentado ante el Congreso por falta de acuerdo entre los propios miembros del Partido Popular). En él, se recuperaría la ley de despenalización de supuestos con unas características similares a la ley de 1985. Gallardón cree que una mujer puede abortar si el embarazo es producto de una violación o si el embarazo pudiera producir daños psicológicos a la madre, pero descarta la malformación del feto como supuesto despenalizado. Al mismo tiempo, Gallardón pertenece a un gobierno que ha asestado duros golpes a la ley de dependencia, dejando prácticamente sin recursos a los beneficiarios de la misma al recortar la práctica totalidad del presupuesto. Es decir, el Gobierno del Partido Popular cree que abortar un feto malformado es discriminación -en palabras del Ministro de Justicia-, pero no considera discriminación al eliminar las ayudas a la dependencia -de las que se nutren multitud de madres de hijos malformados para sacar adelante a su familia-.

Por otro lado, Gallardón quiere eliminar la decisión propia de abortar a las menores de 16 y 17 años; es decir, que el aborto solo podría producirse bajo el consentimiento de los padres. Nos encontramos ante una clara postura ideológica en la que, bajo la excusa de la lógica, Gallardón pretende imponer el modelo de familia patriarcal en el que las decisiones son tomadas unidireccional y unipersonalmente. A los hechos anteriormente citados hay que añadir que:
1. El grupo de "expertos" que está asesorando a Gallardón para elaborar la nueva ley del aborto es secreto, es decir, el Partido Popular no quiere dar los nombres y apellidos de estos expertos. Según el PSOE, uno de los "expertos" sería el buque insignia de la aconfesionalidad estatal en España: el presidente de la Conferencia Episcopal Antonio María Rouco Varela.
2. El Gobierno habla de escuchar a todas las voces para elaborar la nueva ley, pero no ha prestado atención a un grupo de más de 300 ginecólogos que firmaron una carta en contra de la eliminación de la malformación del feto como supuesto.

La semana pasada se dio a conocer la intención del Gobierno de excluir a lesbianas y mujeres solteras de los planes públicos de fertilidad, es decir, que solo se pudieran aprovechar de los tratamientos de reproducción asistida las mujeres con pareja masculina estable en la que uno de los dos sufriera infertilidad. Más allá de la carga ideológica de esta medida, en la que se vuelve a vislumbrar la idea del Partido Popular de familia patriarcal como modelo único, cabe destacar la gran hipocresía que nutre al Gobierno de España, ya que la Secretaria General del partido que hoy nos gobierna, María Dolores de Cospedal, fue madre soltera gracias a estos planes públicos de fertilidad.

Y hoy se ha dado a conocer la gota que colma el vaso de la incedencia: solo los casos que requieran una hospitalización de al menos 24 horas contarán como malos tratos para realizar las estadísticas estatales de violencia machista. Por supuesto, el Gobierno enfatiza que se trata solo de un baremo para realizar las estadísticas, obviando que las estadísticas son el motor en que se basa la distribución del gasto público y la presión legislativa. Ante el revuelo desatado por esta posible medida, Ana Mato se ha apresurado a declarar que estudiará ampliar la estadística a las heridas por violencia machista, intentando lavar la imagen de un muy deteriorado Partido Popular.

No termino de entender las cortinas de humo que echa sobre sí el Gobierno, pues retirar el foco de atención que se cierne sobre la posible comparecencia de Rajoy en el Congreso a propósito del caso Bárcenas para colocarlo sobre la marcada ideología machista del Partido Popular, es de forma excepcional contraproducente. Lo que más inconcebible me parecería es que, tras esta nefasta legislatura, las urnas del PP pudieran aún nutrirse del voto femenino.


lunes, 8 de julio de 2013

Machismo deportivo a gran y pequeña escala

Desde que llegó la crisis se habla de la generación perdida, de los sueños rotos de miles de jóvenes que estudiaron pensando en tener un futuro mejor. No sentimos estafados, cercenados, decepcionados y limitados, y estos sentimientos se pueden extrapolar a otro sector de la sociedad al que también se miente a diario: las mujeres. Nos hacen creer en la igualdad, en la equidad, en la superación del machismo institucional que no hace tanto caracterizaba nuestro país; y, sin embargo, la ecuanimidad entre hombres y mujeres no es más que un castillo en el aire, una vana ilusión que se destruye a cada paso que damos.

Pudiera disertar sobre la discriminación sexual en el ámbito del hogar, en las empresas, en los puestos directivos, en los salarios, en la política... Pero no, hoy la reflexión versa sobre algo que pasa quizás más inadvertido, pero es desde luego un atropello a la dignidad de las mujeres: el mundo del deporte.

La semana pasada comenzó con un hecho que me pareció increíblemente inverosímil: las portadas de los periódicos deportivos ilustraban a todo color la derrota de la Selección española ante Brasil en la Copa Confederaciones. Este hecho podría ser lógico en otro momento, pero la razón de su incoherencia es que el domingo no sólo se perdió la final de la Copa Confederaciones, sino que la Selección española de Baloncesto ganó a Francia la final del Eurobasket femenino. Marca, As, Mundo Deportivo y Súper Deporte dedicaron un pequeño titular a la victoria de nuestras campeonas; Sport ni siquiera lo mencionó en portada. Es decir, que la prensa de nuestro país otorga más notoriedad a perder un campeonato (masculino) de tercera categoría que a la victoria de la competición más importante del baloncesto (femenino) en Europa.

La mayor tristeza que puede cristalizar este hecho periodístico es que hayamos normalizado la gran diferencia que existe entre el deporte de mujeres y el deporte de hombres, pero al no tratarse del mismo deporte, hasta cierto punto podría entenderse la desigual significación que se le otorgó a los dos torneos. Sin embargo, la semana pasada llegó a mí otra noticia -de mucha menor envergadura- que me hizo repudiar hasta el extenuamiento la masculinización del mundo del deporte: la desaparición de la categoría femenina senior del club de fútbol Santa María Caridad.

El S. M. Caridad es un club pequeño, de barrio, en el que la gente se apunta para estar en forma, para aprender a jugar al fútbol y para pasar un buen rato los domingos. Es un club que, por lo que tengo entendido, está atravesando dificultades económicas, hecho que le ha obligado a prescindir de una de las categorías. Es un club que duplica la categoría masculina juvenil, que duplica la categoría masculina cadete, que duplica la categoría masculina infantil y que duplica la categoría masculina alevín. Es decir, el S. M. Caridad es un club que tiene 12 categorías masculinas (dos juveniles, dos cadetes, dos infantiles, dos alevines, una benjamín, una prebenjamín, una chupetín y una aficionado) y 2 categorías femeninas (sub 13 y senior), y a la hora de prescindir de una de ellas, ha decidido hacerlo con la femenina senior. Y lo peor no es este claro ataque al fútbol femenino por parte del club, lo peor es la bochornosa actitud que tomó la directiva a la hora de comunicar esta noticia a sus jugadoras: no transmitiéndoselo, sino enviando al entrenador a hacer el trabajo sucio.

El S. M. Caridad es un club en el que sus miembros pagan cuotas por jugar al fútbol, pero la decisión de acabar con la categoría femenina senior se tomó de forma absolutamente vertical, sin opción a réplica. Se aducieron causas económicas pero no se dieron alternativas, no se planteó a las jugadoras una subida de las cuotas, no se buscaron opciones para intentar mantener el equipo de mujeres, en este club deportivo no se hizo nada para intentar salvar al deporte, sino que se optó por la vía fácil y rápida: aniquilar el deporte femenino.

La honorabilidad de un club deportivo no deviene de los títulos que obtenga, ni de los campeonatos que gane, ni de la calidad de sus deportistas. Con los títulos se consigue jerarquía, pero no admiración. La dignidad de un club deportivo se demuestra a través de su compromiso con el deporte, de su responsabilidad para con sus miembros, de su trato digno hacia TODOS sus deportistas y, obviamente, hacia TODAS sus deportistas, de su identificación con valores como la igualdad, el esfuerzo y el respeto. La honorabilidad de un club deportivo no se demuestra ganando, sino apostando por el deporte, y es en este punto donde he de decir que el Santa María Caridad no sólo no es venerable, sino que a través de la afrenta que ha realizado hacia sus féminas, podría calificarse de indigno.

martes, 2 de julio de 2013

La eterna necesidad del enemigo común

A principios de la semana pasada leí que Arantza Quiroga, la líder del PP en País Vasco, pretende "condicionar desde dentro" el plan de paz para Euzkadi, y con estas palabras lo que quería decir realmente es que no se va a avanzar en el proceso de paz mientras ETA no acepte incondicionalmente las propuestas del Gobierno. 

Un par de semanas antes había dicho el PNV que ETA debería entregar las armas al pueblo vasco en un "acto simbólico de nunca más", pero en la prensa de Madrid (El País, El Mundo, La Razón, ABC...) las palabras "acto simbólico de nunca más" no aparecieron, sino que la noticia rezaba algo así como que el PNV pedía que ETA entregase las armas al Parlamento Vasco. Y esta semana TVE ha atribuido los atentados del 11-M a la banda terrorista ETA, sin mencionar la autoría de grupos yihadistas.

Desde que ETA anunciase el cese definitivo de la violencia y, semanas después, el Partido Popular se hiciera con el Gobierno de España, los pasos dados en el camino hacia la paz y la convivencia han sido más bien exiguos. Nos encontramos ante una situación en la que la ciudadanía anhela normalizar una realidad, los exterroristas quieren abrir el paso hacia la negociación política y, en su empeño por mostrar un enemigo común para así disimular sus propias carencias, el Gobierno eterniza un proceso que no llega. 

Independientemente de las razones argüidas por el Partido Popular para mantener sus fantasmas sobre la incertidumbre del proceso de paz, el primer paso que ha de darse para culminar una transición democrática es la entrega de las armas, y desde enero está esperando ETA a que el Gobierno le diga cómo, pero parece ser que Rajoy tiene proyectos más importantes que avanzar en la armonía de Euskal Herria.

La única lectura lógica que se me ocurre de todo esto es que el PP pretende seguir alimentando fantasmas para desviar la atención de lo que realmente importa, es decir, el desmantelamiento del Estado de Bienestar en España y la privatización masiva de servicios públicos, así como la inoperancia ante la crisis y la inexistencia de alternativas factibles que ayuden a los ciudadanos a superar las vacas flacas. Supongo que la estrategia popular es engordar el imaginario de un malo malísimo que lucha contra España para así potenciar el patriotismo equívoco de unidad centralista.

Desde luego, la libertad de expresión y de opinión es una máxima en los derechos humanos, y si los populares creen en la colaboración de ETA en los crímenes del 11-M, allá ellos. Lo realmente vergonzoso es que, después de un juicio con su correspondiente investigación y sentencia en firme en que se desvincula a esta banda terrorista de  los atentados, el ideario fascista del PP se plasme en la televisión pública hasta el punto de inculpar en exclusiva a ETA, sin citar siquiera a las organizaciones islámicas. Supongo que habrá gente que se lo crea, pero también existimos los que creemos que esto es un flagrante delito de abuso de autoridad, injurias, calumnias y, especialmente, televisivo terrorismo de Estado.

lunes, 10 de junio de 2013

Inmunidad policial

Imagine que su hermano le envía por correo un tratamiento homeopático para su mielitis idiopática (una lesión de la médula espinal).
Imagine que la Vigilancia Aduanera, por un error o por pura incompetencia, confunde la sustancia homeopática con heroína y le detiene por "tráfico de drogas y contrabando".
Imagine que, después de que el juez alegue que eso es heroína "porque de ser homeopatía podría adquirirlo en España", le dejen en libertad con cargos y sin pasaporte después de varias horas en el calabozo.
Imagine que, debido a no tener pasaporte, pierda un viaje a Uruguay para ver a su familia.
Imagine que la prensa de la región airee, gracias a las fuentes policiales, que "se interceptan 220 gramos de heroína camuflada en medicamentos homeopáticos".
Imagine que la familia de su cónyuge, sin consultar con su propia opinión, decida hacerle el vacío debido a las noticias de la prensa.
Imagine que los resultados toxicológicos se demoren más de 3 meses para acabar corroborarndo una ausencia total de heroína en sus pertenencias. Es decir, imagine el tiempo total que está usted sin su tratamiento para la mielitis idiopática (una afección que le dificulta el caminar).
Imagine que tres años después aún no ha conseguido que la policía borre su ficha de pseudo delincuente.
Imagine que tres años después de este calvario aún necesita de tratamiento psicológico.
Imagine que la única respuesta que obtiene del responsable de tamaño error sea "eso te pasa por traer medicación de Uruguay".
Imagine que el Consejo General de Poder Judicial desestime su solicitud de reparación por el daño sufrido.

Ahora, imagine que vive usted en una democracia consolidada, en un Estado de Derecho, ¿le parecería posible que estos hechos fueran veraces? ¿Cree admisible que la única solución ante tal afrenta sea inculparle a usted mismo por importar medicamentos? Parece ser que sí, que si usted es víctima de un error policial nadie ha de responsabilizarse, parece que los cuerpos de seguridad del Estado gozan de una inmunidad que, por cierto, no está recogida en la Constitución. Estado de Derecho inconstitucional, extraño país en el que vivimos.

lunes, 13 de mayo de 2013

Génesis del #15M

Se acerca el segundo aniversario del movimiento 15-M, y muchas son las valoraciones que de este bienio se publican estos días. Para sus detractores, ha perdido fuerza y se ha desvirtuado una iniciativa con alguna que otra idea buena pero un mal encauzamiento; para sus defensores, continúa un camino empedrado de obstáculos que ha ido consiguiendo alguna que otra meta.

Recuerdo nítidamente los días precedentes a aquel 15 de mayo de 2011, y recuerdo nítidamente los días posteriores. Algo más de un mes antes, el 7 de abril, Juventud Sin Futuro había convocado una manifestación cuyo lema principal era "Sin casa, sin curro, sin pensión, SIN MIEDO". Asistimos varios miles, y para lo que hasta entonces solían ser las protestas callejeras, podría decirse que estuvo muy concurrida. Como había sido jueves, la convocatoria para la manifestación del 15 de mayo, domingo, se planteaba con ilusión y con ganas, con la esperanza de copar las calles de Madrid gritando que este sistema cercenaba el futuro de muchos jóvenes, y que los jóvenes no estábamos de acuerdo.

La tarde del 15 de mayo de 2011 hacía un calor asfixiante, coleteaba la primavera dejando atisbar lo que iba a ser un caluroso verano de gran calado social. El ambiente era festivo, jovial, y los más sorprendente: muy, muy concurrido. La desesperanza que generaba el paro, la sobrecualificación laboral, la imposibilidad hipotecaria, el futuro limitado y todas las situaciones habituales que generaron la protesta, fue sustituida por la ilusión de quien cree estar haciendo algo grande, de quien sueña con ver más allá de las paredes sistémicas con las que se chocan nuestros anhelos, de quien es consciente de que esta sodomización institucional es colectiva.

Después de la marcha y la lectura del manifiesto, muchos de nosotros decidimos sentarnos en Sol a echar un rato. Recuerdo cómo vimos correr a una multitud calle Montera abajo, recuerdo el ruido de las pelotas de goma, recuerdo el pánico inexplicable que provocaron las fuerzas de seguridad del Estado en un día jovial y festivo. Recuerdo el moratón que tenía Aida en la pierna por una pelota de goma, recuerdo que Yoanna fue a la manifestación a hacer unas fotos para un trabajo (estudiaba periodismo) y que se despertó en un hospital con un porrazo en la cabeza... Se estaba metiendo al metro para irse a casa pero la policía pasaba por ahí. También recuerdo cómo, ante la incomprensión de la reacción desmedida que tuvieron los antidisturbios, hubo personas que decidieron quedarse en Sol a modo de protesta.

Recuerdo las imágenes de cómo les echaron de madrugada, recuerdo que volvieron, y que reiteraron su expulsión efectuándose alguna detención. Recuerdo cómo las redes sociales difundieron una concentración en Sol para el martes 17 de mayo, en solidaridad con los acampados frustrados, y recuerdo que cifraron la asistencia en unas 15.000 personas. Yo diría que el verdadero movimiento 15-M nació ese martes, cuando la gran multitud allí aglomerada se sorprendió, incluso, de ser tan multitudinaria, cuando realmente hervía el sentimiento de poder cambiar las cosas, de que era posible acelerar el rumbo de una revolución pacífica que hiciera real lo que nos estaban robando: el Estado de bienestar.

La gente empezó a organizarse, se crearon comisiones, los acampados se multiplicaron y los simpatizantes que no llegamos a acampar íbamos a Sol todas las tardes, así como un sinfín de personas de todas las edades que se acercaban para decir cosas como: "enhorabuena, yo no confiaba en la juventud y me habéis sorprendido", o "esto es el comienzo, esto es el comienzo". La fecha clave era el viernes 20 de mayo: a las 24:00 horas comenzaría la jornada de reflexión previa a las elecciones autonómicas del 22 de mayo de 2011, y cualquier propaganda o consigna política se consideraba ilegal en dicha jornada. Sin embargo, había convocada una concentración para esa hora, lo que suponía un órdago en toda regla al ministerio del Interior y a la Delegación del Gobierno de Madrid. La expectación era máxima.

Llegó el viernes, pasó la tarde -con más movimiento que los días anteriores- sin ningún altercado, cayó la noche y cada vez éramos más los allí reunidos. Se hicieron las 00:00, y de repente un silencio atronador barrió de punta a punta la Puerta del Sol de Madrid. Dicen que estábamos unas 30.000 personas, y yo, testigo, aseguro que todas estábamos en silencio, con las manos en alto moviendo las palmas en señal de protesta. Mis lágrimas de emoción no impidieron que vislumbrase muchas más lágrimas de emoción, el sentimiento que allí vivimos muchos es indescriptible, la sensación de estar cambiando el rumbo de un país era real.

Sin embargo, los críticos al movimiento no tardaron en aparecer, las marionetas del sistema no tardaron en acusar, los medios de comunicación lacayos no tardaron en difamar, las fuerzas de seguridad no tardaron en agredir, los partidos políticos no tardaron en sentir el miedo de la ciudadanía y, en definitiva, sobre el movimiento 15-M cayó la losa de la injuria y la descripción cobarde del que ve peligrar su estatus: de los miles de jóvenes que estuvimos allí protestando, de los miles de jóvenes que apoyaron esas protestas a lo largo de toda la geografía española y alrededor de todo el Mundo, se convirtió -mediáticamente- al 15-M en un movimiento sectario de perroflautas, piojosos y muertos de hambre.

Ahora, dos años después, se intenta deslegitimar al 15-M diciendo que no ha conseguido hacer nada en todo este tiempo. Independientemente de los logros constatables que se han alcanzado, no se debe olvidar lo más importante: el 15-M sembró el germen de la protesta ciudadana, el 15-M ayudó a perder el miedo, el 15-M recordó que democracia significa que el pueblo es soberano y, en definitiva, el 15-M abrió el camino para comprender que esto no es una crisis, es una estafa.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Del Día del Trabajador al Día del Trabajo

Hoy, 1 de mayo, es el día Internacional de los Trabajadores. La festividad de este día se consiguió tras mucha lucha a partir de la Segunda Internacional Socialista, celebrada en París en 1889, cuando el movimiento obrero escalaba a nivel mundial y el reconocimiento de los derechos laborales comenzaba a ser imparable, cuando el proletariado decidió conmemorar en una fecha definida el trabajo diario que levantaba la economía de los países.

Hoy, 1 de mayo de 2013, el primer Trending Topic de Twitter ha sido "Feliz Día del Trabajo", el doodle de Google está dedicado a "el día del trabajo", y en los periódicos de tirada nacional se escribe sobre las manifestaciones del Primero de Mayo, día Internacional del Trabajo.

El Primero de Mayo ha pasado de llamarse día del trabajador a llamarse día del trabajo, y en este giro lingüístico se logran atisbar los ocultos intereses doctrinarios mediáticos, que esconden la trivialización del sudor de la frente y la banalización de una clase social, que otorgan insustancialidad a una fecha  que más allá de representar una festividad, debería solemnizar el esfuerzo cotidiano que consigue levantar la economía mundial día tras día.

Decía Joseph Goebbels, Ministro de Propaganda de la Alemania nazi, que "una mentira repetida mil veces se convierte en verdad". Aunque no en el extremo que él situaba la frase, hay que reconocer que no le falta parte de razón: "una inexactitud repetida mil veces podría convertirse en una verdad". Así pues, o comenzamos a prestar atención a las palabras que definen nuestras festividades, o el Primero de Mayo acabará conmemorando a un ente abstruso que no representa a ningún colectivo social, que no solemniza a ningún esfuerzo diario, que no homenajea a ningún trabajador.

La instauración del Día de los Trabajadores en el día 1 de mayo no es algo trivial: se impuso para reconocer la lucha que unos 200.000 obreros llevaron a cabo el Primero de Mayo de 1886 en Chicago, lucha que vestida de huelga consiguió el reconocimiento de la jornada laboral de 8 horas. 

Ahora es, quizás, el momento de reflexionar sobre esas personas que no tienen una jornada laboral de 8 horas, sobre las que hacen horas extras no remuneradas, o sobre las que a veces doblan ese límite legal sin ni siquiera derecho a réplica. Y después de confirmar que, en la actualidad, hay muchas personas que ya no saben lo que significa la jornada laboral de 8 horas (conquista social que se conmemora el Primero de Mayo), deberíamos detenernos en pensar que ya ni siquiera celebramos el Día del Trabajador, sino que celebramos el Día del Trabajo. ¿No habrá, de alguna manera, cierta conexión entre ambos hechos? Es para meditarlo.

martes, 30 de abril de 2013

Me duele España

Vivo en un país donde más del 50% de los jóvenes no han encontrado su primer empleo, donde casi el 30% de la gente que quiere trabajar no puede, y donde mucha gente que encuentra empleo lo hace en la economía sumergida (es decir, sin garantías sociales o sanitarias).

Vivo en un país donde el antiguo presidente de la patronal está imputado por chanchullear con sus empresas, donde el actual vicepresidente está siendo investigado por (presuntamente, siempre presuntamente) pagar a sus trabajadores en negro -es decir, al margen de la ley y de la Seguridad Social- y donde el actual presidente quiere limitar el derecho a huelga. Vivo en un país donde los trabajadores se quejan más de los sindicatos que de la patronal.

Vivo en un país que supuestamente es una democracia (donde la separación de poderes debería ser efectiva), pero la justicia está cada vez más politizada y los poderes ejecutivo y legislativo se deciden en una sola votación, por lo que danzan al unísono. Vivo en una democracia donde los ciudadanos pretenden hacer una reforma legislativa de una ley decimonónica y se encuentran con la oposición de la casta política. Vivo en una democracia donde se criminaliza al manifestante y se indulta al torturador. Vivo en un país que en 35 años de democracia ha realizado el mismo número de referendos que una dictadura de 40 años: dos.

Vivo en un país donde la responsabilidad política no existe, donde el partido del Gobierno ganó las elecciones gracias a unas promesas que no ha cumplido, donde hay diputados que pueden oprobiar a diferentes colectivos sociales y seguir disfrutando de su escaño, donde se puede estar imputado por malversación de caudales públicos y no renunciar al cargo.

Vivo en un país -aconfesional- en el que si critico las políticas que lleva a cabo el Gobierno me mandan a Cuba o a Corea, pero si viene el Jefe de Estado del Vaticano no sólo se permite que critique las políticas del Gobierno español, sino que le pagamos el viaje.

Vivo en un país donde las peleas de gallos son delito pero las corridas de toros son arte, donde el botellón está prohibido pero las romerías son patrimonio cultural, donde "habría que limitar el derecho de manifestación" pero se puede cortar la Castellana para celebrar la liga, donde abortar niños con discapacidad es discriminación (en palabras del Ministro de Justicia) pero reducir la ayuda a la dependencia no es discriminación.

Podría seguir describiendo mi país, pero me estoy entristeciendo. Lo único que quiero resaltar  son las palabras que un día pronunció Unamuno y hoy las siento como mías: me duele España. Me duele la indiferencia ciudadana ante la desvergüenza y los abusos políticos, empresariales y financieros. Me duele la desfachatez y el descaro con que se cometen esos abusos. Me duele la falta de consenso, el recurso del ataque y la excusa del oprobio. Me duele que valgan más los votos que los ciudadanos.

Ante todo, me duele el patriotismo equívoco: amar a tu país no es ensalzar lo que tienes, sino intentar mejorarlo. Amar a tu país no es centralizarlo, sino dar cabida a todos sus pueblos. Amar a tu país no es vanagloriar sus instituciones, sino trabajar para que sean eficaces y eficientes. Amar a tu país no es enaltecer una bandera o un himno, sino dar prioridad a las personas. No es más patriota el que más se define como tal, sino el que más hace por mejorar su país, y en este punto hay que admitir inexorablemente que en España hay mucho patriota de boquilla, o lo que en idioma del refranero español se resumiría: mucho lerele y poco larala.


martes, 2 de abril de 2013

¿Monarquía, república o sentido común?

Dice la Constitución española que la persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad, y que de los actos del Rey serán responsables las personas que lo refrenden (es decir, el Presidente del Gobierno y, en su caso, los Ministros competentes). Eso lo dice el Título II de una Constitución que se creó, bajo la sombra del franquismo, con un deseo demócrata que blindó las instituciones para evitar posibles rupturas sistémicas. Pero han pasado más de 35 años desde su redacción, por lo que ahora es, quizás, el momento de revisar un texto obsoleto que legaliza la indecencia.

Son numerosos los escándalos que atenazan a la Casa Real: los negocios de Urdangarín, la posible implicación de la infanta Cristina en el caso Nóos, las cacerías del Rey en Botsuana mientras a España le persigue el fantasma del rescate, la ruptura no-oficial de los reyes de España y la inmersión en la familia de Corinna... y una cuenta millonaria en Suiza fruto de la herencia que Juan Carlos I recibió a la muerte de su padre. Es por eso que nos encontramos ante un momento de revisionismo institucional: quizás no estamos preparados para cambiar el modelo monárquico, pero sí deberíamos estarlo para modernizar la monarquía.

En España, históricamente, siempre ha habido un miedo atroz al cambio -especialmente al cambio progresista-, y ese miedo se encuadra en la gran paradoja nacional: el sentimiento de retraso respecto al resto del mundo occidental. Pese a creer que vivimos en un país que necesita actualizarse para alcanzar los niveles europeos, nos encerramos en la inmutabilidad del sistema y el temor a las modificaciones. Lamentablemente, esta paradoja nos confina a un círculo vicioso del que es muy difícil escapar, ya que es ese temor el que cercena cualquier posibilidad de avance.

Pese a ser republicana convencida, no voy a adentrarme en elogiar los beneficios de un cambio completo de sistema, pues creo que antes de plantear cualquier modelo alternativo habría de hacerse un llamamiento al sentido común, y ese sentido común nos conduce inevitablemente a una revisión institucional o, al menos, a un llamar a las cosas por su nombre.

Hace poco me dijeron que las personas somos dueñas de nuestros silencios pero presas de nuestras palabras, y el Rey, por mucho que sea constitucionalmente inviolable, es también persona y, por tanto, preso de sus palabras. En el discurso de Nochebuena del pasado año, Juan Carlos I dijo que se necesitaba rigor, seriedad y ejemplaridad en todos los sentidos, y que las personas con responsabilidades públicas deberían tener un comportamiento ejemplar. También dijo que la justicia es igual para todos, y que cualquier actitud censurable debería ser juzgada y sancionada con arreglo a la ley.

Mi reflexión y mi llamamiento al sentido común se centra en las palabras del monarca. Como ciudadanos que somos, debemos exigir que la Casa Real cumpla con las palabras de su máximo representante y, especialmente, debemos perder el miedo a señalar con el dedo las actuaciones censurables. Si la justicia es igual para todos, no hay mayor símbolo de ejemplaridad que pedir al juez de Nóos que impute a TODAS las personas que estén relacionadas en el caso. Si las personas públicas deberían tener un comportamiento ejemplar, debemos exigir que el dinero del Rey tribute en España. Y, ante todo y sobre todo, si las personas responsables de las actuaciones del Rey son el Presidente del Gobierno y sus Ministros -ya que Juan Carlos I es inviolable-, que sean ellos los que den la cara y tomen las decisiones pertinentes respecto a la Corona.

No olvidemos que fue el propio Ministro de Hacienda el que dijo "los que tienen que comparecer son los que tienen cuentas en Suiza", y no olvidemos que el Rey, por muy inviolable que sea, es una persona con responsabilidad pública (y, por tanto, debería tener un comportamiento ejemplar). Así pues, nuestro deber ciudadano es exigir que la ejemplaridad se demuestre con hechos y no con palabras, y perder el miedo a señalar con el dedo las actitudes ignominiosas; y si esas actitudes ignominiosas las lleva a cabo el Rey, que la justicia se haga efectiva y paguen por ellas las personas pertinentes. Ése es el único camino para conseguir que España sea realmente un Estado de Derecho.

viernes, 8 de marzo de 2013

¿Feliz día de la mujer?

- A Malala le dolía la educación. Estudiante paquistaní y activista de los derechos de la mujer, fue tiroteada por un talibán al tomar un autobús de camino a la escuela. Rozó la muerte, y ahora le espera una vida de futuro incierto.

- A Amanat le dolía su feminidad. Estudiante india, fue violada y torturada por seis hombres en un autobús de Nueva Delhi. Probablemente dé nombre a una ley que endurezca las penas para este tipo de crímenes, que por lo visto son demasiado comunes en India.

- A Asha le dolían las piedras. Adolescente somalí, fue violada por tres de los hombres más poderosos de su pueblo, y tras ser acusada de adulterio murió lapidada.

- A Nadia le dolía la entrepierna. Mujer yemení, sufrió esta terrible práctica milenaria para que cuando se comprometiera conyugalmente, evitase cualquier tentación de marcharse con otro hombre.

- A Sihle le dolía el orgullo. Joven sudafricana, fue atacada por cinco hombres en un suburbio Ciudad del Cabo que, tras aplicarle una "violación correctiva", le clavaron una lanza que la condujo a la muerte. El motivo: era lesbiana.

- A Virginia le dolía el currículum. Profesora estadounidense, fue nombrada directora de un programa para minorías en la Universidad de Indiana. Fue recomendada para el cargo por su antecesor, un varón que cobraba 5.000 dólares más de sueldo.

- Al Parlamento Europeo le dolía la paridad. En el año 2009, el total de escaños se repartía entre un 69% de varones y un 31% de mujeres.

- A Mercedes le dolía la vergüenza ajena. Víctima española Tras más de una década sufriendo los malos tratos de su exmarido, tuvo que soportar cómo el diputado Toni Cantó decía que la mayoría de las denuncias por violencia de género son falsas -y los fiscales no las persiguen-.

- A María le duele la conciliación familiar. Española de "clase media", cuando llega de trabajar ayuda a su hijo a hacer los deberes, pone lavadoras, hace la comida y limpia la casa. Tiene suerte porque su marido colabora con las tareas del hogar: a veces friega los platos.

¿Feliz Día Internacional de la Mujer?
Feliz Día Internacional del cinismo. Gracias

jueves, 10 de enero de 2013

¿Política o fútbol?

Recuerdo cuando empecé a navegar por la red social Twitter. Recuerdo cómo me escandalizaba ver el país patas arriba y que los llamados temas del momento girasen en torno al fútbol. Recuerdo la incomprensión que me despertaba ver cómo una falta de juego o un penalti no pitado desataban más iras que las políticas de desajuste, la limitación de derechos o la ampliación de deberes ciudadanos. Recuerdo cómo, también, había cosas del fútbol que no podía dejar pasar y hube de comentarlas, ante lo cual @Alvaro_Gut_Bo me hizo una inteligente pregunta: "¿Por qué criticas algo que después comentas?". Hace unos meses, mientras se disputaba la Eurocopa de fútbol, mi vecina Carmen también me decía no entender por qué alguien con tanta conciencia política se preocupaba tanto por ver jugar a la Selección española.

La supuesta incompatibilidad que parece existir entre el activismo político y la pasión por el fútbol parece extenderse más allá de mi caso personal, y más allá del momento actual: "Dadle pan y circo al pueblo para tenerlo entretenido" es una frase atribuida a emperadores romanos, de la que se extrae la conclusión de que, si los gobernantes llenan la barriga y ocupan el tiempo libre de los gobernados, la paz social está asegurada. Actualmente, se evitaría el anacronismo lingüístico cambiando "circo" por "fútbol", aunque, como dijo Shakespeare, "nada es verdad ni es mentira, todo depende del cristal con el que se mira".

Creo que el problema de esta disyuntiva resulta de extrapolar dos conceptos independientes, que no son incompatibles, para convertirlos en rivales. Ni una persona tiene convicciones más firmes porque no le guste el fútbol, ni un aficionado del fútbol tiene por qué estar alienado. La confrontación viene de donde vienen la mayoría de los problemas sociales: de la falta de empatía y de los fundamentalismos. Quien solo piensa en fútbol y no le interesa el panorama político, está faltando a su deber como ciudadano; quien solo piensa en política y no deja hueco al desahogo intelectual -ni para él, ni para el resto-, está incurriendo en un tipo de fascismo.

La gran problemática que conlleva el mundo del fútbol no radica en que levante pasiones, pues que exista algo en lo que personas de diferente signo consigan unirse le otorga cierta calidad de grandeza; lo mismo que ocurre con el tenis, la Fórmula 1 o el baloncesto. El gran problema del fútbol es su utilización como narcótico, su empleo como distracción, su adscripción como separador de gentes y su mala praxis como empresa. Respecto al resto, nadie debería entrometerse en lo bueno o malo que es quedar con los amigos para ver un partido, puesto que a lo mejor, antes de ese partido, hemos ejercido nuestros derechos ciudadanos asistiendo a una manifestación -o a lo mejor no-.

La conclusión a la que quiero llegar es que no hay confundir las peras con las manzanas. Lo realmente malo no es que Cristiano Ronaldo cobre 1 millón de euros al mes, es que cotice como una enfermera. Lo realmente malo no es que los clubes de fútbol muevan millones, sino que no paguen el IRPF de los fichajesLo realmente malo no es que los jugadores del Barça hablen en catalán, es que ese hecho se utilice para politizar un deporte. Lo realmente malo no es que Esperanza Aguirre haga declaraciones comprometidas sobre fútbol, sino que haga uso de esas declaraciones para desviar la atención sobre su incumplimiento del déficit. Lo realmente malo no es que en Twitter se hable de fútbol, sino que el fútbol movilice más que los recortes sociales. Lo realmente malo, en definitiva, no es que el fútbol levante pasiones, sino que esas pasiones adormezcan el resto de nuestros sentidos.

martes, 8 de enero de 2013

Nace el Partido X. El partido del futuro

Ha nacido una nueva iniciativa política con vistas a mejorar las relaciones de las instituciones con los ciudadanos: el Partido X, que trata de alejar la idea de diputado como chupóptero de la sociedad para acercarla a la de "empleado público electo para el bien común"; y cuyo programa político es claro: "democracia y punto".

El principio del partido es que los ciudadanos, mediante Iniciativas Legislativas Populares y referéndums vinculantes, vayan elaborando las leyes que han de regir el devenir de nuestros días. La idea es buena, demasiado aparatosa en lo que a burocracia se refiere, pero buena.

Asentado en cuatro pilares básicos: referéndum vinculante y obligatorio, WikiGobierno (elaboración de legislación participativa y transparente), derecho a voto real y permanente, y transparencia; el Partido X parece nacer con la máxima de eliminar la no-definición democrática que copa las reivindicaciones sociales: "lo llaman democracia y no lo es".

Teniendo en cuenta que en la supuesta democracia española se han realizado los mismos referendos que en la pasada dictadura o en la llamada Transición (es decir, dos por cada periodo), es plausible admitir que España de democrática tiene poco. Y teniendo en cuenta el malestar que genera el asentamiento oligarca de la clase política en entramados empresariales y relaciones más económicas que encauzadas a la consecución del bien común, quizás esta nueva propuesta hace atisbar algo de luz al final del túnel.

Hace año y medio, cuando el #15M revolucionó la conciencia social de España y a los que, en mayor o menor medida, nos vimos involucrados en el movimiento nos hizo replantear la necesidad de regeneración política de nuestro país, la consciencia de un hartazgo político bloqueó cualquier intento de crear una formación con vistas a introducirse en el Parlamento. Sin embargo, el común deseo de cambios pacíficos -que chocan con los ideales revolucionarios- y la inoperancia a la que el ciudadano medio se ve abocado, hacen obligatoria la creación de un partido político para llevar a cabo las reformas que tanto anhelamos.

La Historia demuestra que se puede cambiar el sistema desde dentro, poco a poco y sin fracturas traumáticas, por lo que la noticia de la creación de un nuevo partido encaminado a ello se me antoja oportuna y excelsa. Esperemos que este proyecto avance con las mismas buenas intenciones con que parece haber nacido, pues el camino será duro tanto por las trabas que ha de encontrar, como por la fragilidad de pensamiento que condena el atisbo de poder.

Os dejo el enlace de la página, para los curiosos que quieran darse una vuelta por esta utopía
http://partidodelfuturo.net/

viernes, 4 de enero de 2013

Tenemos Rato para rato

Cuando la desvergüenza no tiene límites, cuando los sentidos se adormecen, cuando las clases medias se alienan bajo el pretexto del miedo a un futuro peor, cuando la casta política es dueña y señora de la administración pública y la empresa privada a la vez, cuando la justicia es marioneta inoperante al servicio de los poderosos (ahora, los que tenemos recursos limitados no podremos acceder a ella), cuando la vejación del Estado del Bienestar se consuma argumentando su defensa, y cuando el escándalo político repercute únicamente en las portadas de los periódicos (y si acaso), nos encontramos ante un sistema anacrónico y moderno a la vez.

Son varias las veces que he escuchado la teoría de que, actualmente, asistimos a una auténtica revolución social, pero desde arriba. Son los políticos, banqueros y empresarios los que, con fervor, y con la excusa de una crisis que ellos mismos crearon, defienden unos cambios institucionales cuyo fin último es la legitimación y persistencia del modelo económico actual. Y les estamos dejando.

No voy a adentrarme en batallas doctrinales sobre algo de lo que ya advirtió Karl Marx hace siglo y medio: "El capitalismo cava su propia tumba". El modelo económico está, ciertamente, en vías de extinción, y la variación a la que estamos asistiendo es una regresión temporal al Antiguo Régimen, traducida en la optimización de beneficios empresariales (¡y personales!) a través de precarización laboral, disminución de salarios y crecimiento de una idea difusa que en la realidad tiene multitud de nombres y apellidos: exclusión social de los más débiles.

Simplemente voy a hacer una observación que en realidad no considero ni siquiera política, sino que la estimo encuadrada en el sentido común: ¿por qué seguimos permitiendo que los políticos, tecnócratas, banqueros y empresarios siempre lo dejen todo "atado y bien atado"? ¿Qué hace falta para hagamos efectiva la máxima democrática (gobierno para el pueblo)?

Como una piedra me ha dejado la gran noticia de hoy: Rodrigo Rato ha fichado como consejero asesor para Telefónica en Europa y Latinoamérica. ¡Rodrigo Rato! El mismo que presidía Bankia cuando tuvo que ser intervenida por el Estado Español con más de 23.500 millones de euros, el mismo que meses antes había dicho que el beneficio de la entidad era de aproximadamente 300 millones de euros, el mismo que, casualmente, era Vicepresidente segundo del Gobierno de Aznar y ministro de Economía y Hacienda cuando Telefónica se privatizó...

Lo de dejarlo todo "atado y bien atado" es una expresión que se atribuye al Generalísimo, relativa a los deseos continuistas de Franco cuando veía al encapuchado de la hoz acercarse. En principio, nos han hecho creer que la dictadura es pasado, que no todo se "ató y bien ató" y que vivimos en una democracia madura. Sin embargo, la Transición Española comienza su andadura por trigésimo octavo año consecutivo. Al régimen de Franco le ha pasado lo que le pasa a la energía: ni se crea ni se destruye, se transforma. 

La misma oligarquía caciquil que gobernaba en  España durante la Restauración Canovista, que se adaptó a la dictadura de Primo de Rivera, que se molestó con la II República y se alzó en su contra provocando una Guerra Civil, es la misma oligarquía caciquil que gobierna España en pleno siglo XXI. Podrá tener diferente rostro, pero eso se debe exclusivamente a que ahora son sus hijos y nietos los que gobiernan (unos se hacen estatuas en aeropuertos fantasmas, otros les dicen a los parados "que se jodan", y en esas estamos). Ahora son los herederos de la podredumbre política larvada a lo largo de siglos los que, en aras de la libertad -económica- y como "grandes demócratas" nos siguen dando lecciones sobre quién manda aquí, y sobre cuál es nuestro sitio.

Rodrigo Rato, uno de los máximos artífices de la privatización de Telefónica (o, al menos, uno de los máximos testigos) ficha por la multinacional cuando, casualmente, su imagen pública está más que deteriorada, y cuando su labor como gestor es más que cuestionable. Sin embargo, ahora dará "consejos" a la dirección de Telefónica en las regiones de Europa y América Latina. 

Una de las características más representativas de la Restauración Canovista y de las dictaduras de Primo de Rivera y de Franco era el enchufismo desarrollado a través de los caciques por toda la geografía española, un amplio intercambio de favores políticos a cambio de favores económicos o de otra índole. Se ve que Rodrigo Rato debió hacer muchos amigos en Telefónica cuando era ministro de Economía y Hacienda. Se ve que Rodrigo Rato debió hacer muchos amigos cuando formaba parte del mismo Gobierno que privatizó Telefónica.