viernes, 24 de enero de 2014

La cultura es solo para ricos

El Gobierno ha anunciado hoy, tras el Consejo de  Ministros, que pretende reducir el IVA del arte del 21% al 10%. Según esta declaración, parece abrirse un horizonte nuevo en las relaciones del Gobierno con el mundo de la cultura, aunque con el Partido Popular toda precaución es poca y cualquier valoración, a priori, ha de ser comedida.

En primer lugar, hay que remontarse al 1 de septiembre de 2012, día en que entró en vigor la subida de diferentes tipos de IVA a cargo del Ejecutivo de Mariano Rajoy. Por un lado, conviene tener en cuenta que se trata del mismo Gobierno en la misma legislatura el que incrementó el IVA y hoy pretende reducirlo; por otro lado, que no solo se subió el IVA sobre el arte, sino también sobre otras parcelas de la cultura que devinieron en un aumento del precio de cualquier tipo de artículo cultural y de las entradas a cualquier tipo de espectáculo (los museos se libraron, pero no por benevolencia del Gobierno, sino porque están exentos del IVA por ley).

En segundo lugar, hay que matizar qué es lo que se entiende por arte. Según la concepción actual, heredera del Renacimiento, existen siete tipos de artes: pintura, escultura, arquitectura, música, poesía (literatura), danza y cine. Ahora bien, ¿a qué se refiere el Gobierno con arte cuando habla de reducir el IVA? Nada más y nada menos que a las obras que son transferibles; es decir, el Gobierno reducirá el IVA de la compra-venta de obras de arte.

En tercer lugar, hay que tener cuenta lo insultante de la actitud del Gobierno, que ahora se percata, en palabras de Sáenz de Santamaría, de que "tendremos que adoptar medidas para la promoción de la cultura en España y hemos decidido anticipar una de ellas". El Ejecutivo podría haber deducido las entradas para el cine o el teatro, el precio de los libros o los CD´s, los servicios prestados por artistas personas físicas, o incluso las entradas para espectáculos deportivos; pero no, el Ejecutivo ha decidido reducir el IVA de las transacciones de objetos de arte.

Por supuesto, los galeristas y coleccionistas están henchidos de alegría: una reducción de impuestos siempre significa un empuje del mercado, aunque hay que reconocer que es una lástima que el cine y el teatro, por ejemplo, se hayan quedado fuera. No deja de ser irónico que el Gobierno crea que debe adoptar medidas para promocionar la cultura en España (un país definido como "ignorante" e "inculto" por gran parte de sus intelectuales), y la única cultura que decida promocionar sea la de los ricos. Sinceramente, no sé cuántos de los 6 millones de parados o de los 7,5 millones de nimileuristas (¡ojo!, ni siquiera mileuristas) pueden estar interesados en comprar alguna obra de arte, pero me da la impresión de que la cultura se potenciaría mucho más haciendo asequible para estas personas productos culturales menos ambiciosos que una escultura de Manuel García Calderón.

Si en un país sumido en una profunda crisis económica se pretende impulsar la cultura rebajando los impuestos de los productos culturales que consume un perfil poblacional adinerado, y si el Gobierno, además, se atreve a declarar que es una acción cuyo único fin es potenciar la cultura (como si deducir las obras de arte no fuera un guiño a aquellos que pueden adquirir obras de arte, es decir, a sus amiguitos, a los dueños de España) y no nos sentimos realmente insultados, es que definitivamente somos un país de incultos e ignorantes. De todas formas, estemos tranquilos, a este paso puede que no nos rebajen el precio de los libros, los CD´s, el cine o el teatro, pero seguro que en algún momento el Partido Popular seguirá un orden lógico de actuación, y acabarán rebajando el IVA de los espectáculos taurinos, una parte cultural por la que el Gobierno sí está realmente preocupado.