Ya lo advirtió el pasado 8 de diciembre en Marsella: las urnas le habían legitimado para imponer recortes. Lo peor no es su consciencia de poder hacer lo que quiera, sino que en Europa creyeron que así era: Barroso declaró que Mariano Rajoy había ganado las elecciones por decir la verdad a los españoles.
Ahora bien, yo me pregunto cuál es la verdad, ya que en los vericuetos de los infundios hay que resaltar que no decir la verdad también es mentir. Por tanto, es loable admitir que nuestro querido Presidente del Gobierno es un artista del engaño, pues al no decir nada, al no afirmar ni desmentir, al dejar hueco a la duda como máxima de cualquier discurso, el embuste es la carencia manifiesta de verdad.
Que todos los analistas políticos afirmen que Rajoy se ha guardado anunciar las medidas más duras, habiendo ya declarado que va a recortar 16.500 euros de gasto público, que va a reducir los puentes, que va a eliminar las prejubilaciones, que reestructurará el sistema financiero y que privatizará las televisiones autonómicas, me da auténtico miedito.
Llevan meses advirtiéndonos desde Europa que algo hemos de hacer para no acabar como Portugal o como Grecia. Teniendo en cuenta que el salario mínimo en el país heleno es de 739 € y en España es de 641 €, y que Rajoy quiere eliminar el paro (con la calma, que en 2012 será imposible cumplir el único punto de su programa) gracias a los minijobs –quiero decir, precariedad laboral-, creo que el griego nos lo van a hacer a los españoles.
Pero bueno, podemos quedar todos tranquilos, porque seguramente en TeleEspe y demás nadie informará de nada y ni siquiera sabremos que no están dando por atrás. Así que ¡hala, a disfrutar del presidente electo!
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